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Mitos del aluminio en las vacunas y la leche materna

Usar aluminio en las vacunas para niños es seguro, según expertos y defensores de las vacunas.

portada de aluminio y leche materna

Si se encuentra más aluminio en la misma leche materna que hace crecer sanos y fuertes a los bebés, con más razón las vacunas deben ser seguras.

Esta posición es muy extraña, ya que en la literatura científica el aluminio figura como una neurotoxina que carece de función biológica. Algunos investigadores como Ganrot (1986) han llegado a describirla como incompatible con los procesos fundamentales de la vida.

Mito 1

Las vacunas contienen menos aluminio que la leche materna

Estimación del consumo diario de aluminio por grupo de comida en adultos a partir de 20 años. (Sato et al.)

En sus primeros 6 meses de vida, un bebé en Estados Unidos recibirá 4mg de aluminio a través de las vacunas, mientras que la leche materna sumará 10mg. Aunque esto sea cierto, no debería ser aceptable.

Esto es más un fenómeno moderno, pues el aluminio en la dieta se incrementó dramáticamente en pocas décadas. Hasta el siglo XX, la principal fuente de aluminio eran los vegetales, los cuales han sido desplazados por azúcares refinados y alimentos procesados.

Y qué decir del aluminio que absorbemos a través de la piel gracias a productos como los desodorantes.

Mito 2

El aluminio no se acumula en el cuerpo

Concentración de aluminio y cromo en tejidos

Otra verdad a medias. Es cierto que estamos adaptados para desechar el aluminio muy rápidamente de nuestro organismo cuando es ingerido. El 90% es expulsado el mismo día a través de la orina y se especula que el resto se irá con las excretas semanas después.

Sin embargo, estudios post-mortem muestran que la acumulación sí ocurre cuando el ingreso es por otras vías. En los pulmones se halla la mayor concentración porque ahí se aloja el aluminio inhalado a lo largo de toda la vida. Probablemente ocurra algo similar con las sales de aluminio en desodorantes y otros productos de belleza que absorbemos a través de la piel.

En parte, esto podría considerarse un mecanismo de defensa porque evitaría que migre a otros órganos más delicados como el cerebro, ¿pero qué pasa cuando excedemos cierta capacidad? Nadie lo sabe y los científicos no parecen interesados en descubrirlo.

Mito 3

Las pequeñas dosis de aluminio en las vacunas son seguras

Esto es más un deseo que un hecho. Quien asegure que la "ciencia" confirma la seguridad de inyectar aluminio, miente o ignora que no existe evidencia confiable. Por razones técnicas, los estudios biológicos no son posibles debido a la carencia de radionucleidos adecuados.

Lo poco que se sabe del aluminio es en base a comparaciones con iones similares o estudios in vitro a corto plazo. Por el contrario, las pocas pruebas a largo plazo en animales, apuntan a que cuando el aluminio es inyectado, su metabolismo es potencialmente mucho más peligroso.

Representación del ATP

Estructura atómica del ATP
El adenosín trifosfato (ATP) es la molécula orgánica que transfiere energía dentro de la célula. Está compuesto por un grupo trifosfato, un azúcar (ribosa) y una base nitrogenada (adenina).

El aluminio posee la capacidad de interferir con casi cualquier reacción en el organismo debido a su afinidad con el oxígeno y el nitrógeno, además de su tendencia a formar fuertes complejos con los fosfatos, todos presentes en el ATP.

Por lo tanto, su hallazgo en la leche materna no debería ser normal. Como hemos visto, el cuerpo ha desarrollado mecanismos para expulsarlo o aislarlo y evitar su expansión.

Quizá es tiempo de plantearnos si nos encontramos ante una contaminación ocasionada por alimentos y productos de cuidado personal, en lugar de justificar un uso que solo beneficia a gigantes empresas de ciertos gremios.

 
Fuentes

Ondreička, R., Ginter, E., & Kortus, J. (1966). Chronic Toxicity of Aluminium in Rats and Mice and its Effects on Phosphorus Metabolism. British Journal of Industrial Medicine, 23, 305–312.

Ganrot, P. O. (1986). Metabolism and Possible Health Effects of Aluminum. Environmental Health Perspectives, 65, 363–441.

Sato, K., Suzuki, I., Kubota, H., Furusho, N., Inoue, T., Yasukouchi, Y., Akiyama, H. (2014). Estimation of daily aluminum intake in Japan based on food consumption inspection results: impact of food additives. Food Science & Nutrition, 2(4), 389–397.

Dórea, J. G. (2020). Neurotoxic effects of combined exposures to aluminum and Mercury in early life (infancy). Environmental Research, 188, 109734. https://doi.org/10.1016/j.envres.2020.109734

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