Estadísticas demuestran que las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) no tuvieron impacto en la reducción del cáncer de cuello uterino (CCU).
Cuando se inició la comercialización de la primera vacuna en 2006, la enfermedad ya mostraba una caída constante, incluso décadas antes.
Las vacunas contra el papiloma
Estados Unidos retiró Gardasil en 2013 y Cervarix le siguió 3 años después. Este último fue completamente descontinuado en Europa en octubre de 2021.
Gardasil | Gardasil 9 | Cervarix |
Por: Merck y Sanofi Producción: 2006 – 2013 Genotipos: 4 | Por: Merck Producción: 2018-presente Genotipos: 9 | Por: GSK Producción: 2009 – 2021 Genotipos: 2 |
Si esto no es suficiente revelación, pasemos a revisar los siguientes datos sobre el virus del papiloma humano y las vacunas.
Virus común e inocuo
Más del 90% de infecciones desaparece en un lapso de 2 años, sin necesidad de tratamiento. Muchas veces, sin que la persona se dé cuenta por la ausencia de síntomas.
Muy limitado
Hoy están identificados 150 genotipos del virus, de los cuales 12 son considerados de alto riesgo. Los insertos en las vacunas establecían que «protegían» solo contra 4 (extendido a 9 tipos desde 2018).
No sirven para futuras infecciones y son inútiles en caso de infecciones actuales o previas a la inoculación.
Tiempos absurdos
Ninguna vacuna funciona en mujeres mayores de 45 años aunque el diagnóstico de CCU es más frecuente a los 55.
Están diseñadas para niñas a partir de 9 años y solo nos queda confiar en que su efecto estará vigente 4 décadas después, ¡aun cuando las vacunas más modernas pierden su eficacia en menos de un año!
Fuera de la vista, fuera de la mente
No es prudente señalar un único responsable del cáncer, pero investigaciones independientes apuntan a que es el resultado de un problema metabólico. Y se llega a ese punto luego de años de abuso constante.
Lo que sí podemos destacar, es que algunos productos tienen una curiosa relación con el cáncer y su omisión solo juega en beneficio de las grandes farmacéuticas.
Por esta razón es importante cuestionar la teoría del virus. No hay vacuna que nos proteja de las sustancias tóxicas con las que estamos obligados a interactuar diariamente.
Además, las estadísticas demuestran que las vacunas no tuvieron impacto alguno en la reducción del cáncer de cuello uterino. Atribuirles el crédito no solo es una grosera falta a la verdad, sino que además impide conocer las verdaderas causas.
Fuentes
National Library of Medicine (U.S.) (2002, Junio 14 – 2025, Marzo 3). Cervical Intraepithelial Neoplasm (CIN) in Women (Gardasil) (V501-015) (FUTURE II). Identifier NCT00092534. https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT00092534
Bonnez, W., DaRin, C., de Mesy Jensen, K., Reichman, R. C., & Rose, R. C. (1998). Isolation and Propagation of Human Papillomavirus Type 16 in Human Xenografts Implanted in the Severe Combined Immunodeficiency Mouse. Journal of Virology, 72(6), 5256–5261.
Smith, J., Green, J., Berrignton de Gonzalez, A., Appleby, P., Peto, J., & Plummer, M. et al (2003). Cervical cancer and use of hormonal contraceptives: a systematic review. The Lancet, 361(9364), 1159–1167.
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