Pasteur y el bochornoso desastre de Kajovka
- drasinea
- 2 dic 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 7 jun 2024
Alrededor del 80% de ovejas perecieron en menos de 72 horas luego de recibir la vacuna contra el ántrax de Pasteur.

Un desastroso experimento contra el ántrax tuvo lugar un verano de 1888 en tierras rusas.
Gracias al doctor suizo Martin Strebel, quedaron registrados los bochornosos resultados que en Francia estuvieron felices de olvidar.
![]() | Estación bacteriológica de Odessa Fundada en 1886 en la ciudad del Imperio Ruso con ayuda y supervisión de Pasteur. Ilya Metchnikoff, futuro ganador del premio Nobel, fue designado como su director el siguiente año. |
Contando ovejas
En la ciudad portuaria de Kajovka, bajo la dirección de Metchnikoff, se realizaron los siguientes experimentos en dos granjas de Spendrianow.
Entre el 8 y 10 de agosto, el doctor Bardach inoculó 4364 cabezas de ganado, según la preparación y los procedimientos de Louis Pasteur.
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En total perecieron 3696 animales, la gran mayoría, durante las primeras 36 horas. Luego de 3 días, los sobrevivientes no llegaban al 20%.
¿Qué salió mal?
Aun con este evento, Strebel defendía la vacunación como método preventivo y citó casos exitosos en Suiza, Austria, Prusia y Bélgica.
Echó la culpa a Bardach y Metchnikoff, doctores en medicina y filosofía respectivamente. Quizás se refería a que ninguno tenía conocimiento en veterinaria.
Curiosamente, sentenció que todo método intentado y recomendado hasta entonces fue "completamente ineficaz", salvo uno:
el entierro profundo de cadáveres y sus escombros en suelo seco; la cremación de cadáveres o su disolución con ácido sulfúrico; además el secado de pastos húmedos y la eliminación de lugares fangosos y líquidos putrefactos (Strebel, 1889).
La conclusión era que esta enfermedad podía evitarse si los criadores cuidaban sus tierras y vigilaban las condiciones de los pastos que consumían sus animales, que debían estar secos para asegurar que estuvieran libre de las sustancias tóxicas que producen ciertos hongos.
Después de todo, ¿qué tan útil podía ser una vacuna cuando su propio alimento los envenenaba diariamente?
Bibliografía
Strebel, M. (1889). Revue Allemande. Journal De Médecine Vétérinaire Et De Zootechnie, 4(60), 595–605.
Percheron, G. (1889). Causerie. La Semaine Vétérinaire: Revue des travaux français & étrangers 4(4), 779–783.
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